martes, 24 de abril de 2012

¿DONDE ESTÁ EL CEREBRO CUANDO MÁS LO NECESITAMOS?

por CLAUDIO GILARDONI
claudio.gilardoni@hotmail.com


Continuamos con el ejemplo de la obesidad, enfermedad visible de miles de millones de seres humanos de nuestro presente.

¿Quién de entre los lectores no sabe —razonando mínimamente a partir de la impresionante masa de información disponible en los medios— que la obesidad nos enferma el cuerpo hasta provocarnos —si sigue su curso— la invalidez y la muerte prematura?

El cerebro de cada uno de los lectores sabe y muy bien que es malo para la salud comer de más. Hace un par de generaciones, la ignorancia general a nivel mundial en materia de salud nos impedía ver con objetividad. Un gordo era un personaje hasta simpático por el mero hecho de ser gordo. Ahora es distinto. Imposible echar las culpas a la ignorancia. Ahora sabemos que un gordo es un ser humano enfermo o en vías de enfermar.

Sin embargo, la lógica sana virtual que forma parte de nuestro sentido común básico acaba en la nada literal de los hechos. Seguimos comiendo, engordando, enfermando.

Nuestro cerebro es, entonces, el responsable número uno de muchas de nuestras enfermedades prevenibles. Si nuestro cerebro razona, entiende y analiza con objetividad los hechos, pero a la vez no parece tomarse en serio las advertencias de la lógica que él mismo se da a sí mismo, algo está mal en su interior.

¿Dónde está nuestro cerebro cuando más lo necesitamos?


Desearíamos un cerebro capaz de tomar decisiones racionales a nuestro favor siempre.



© CLAUDIO GILARDONI. De su libro Cerebro amigo, cerebro enemigo

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