miércoles, 24 de octubre de 2012

UN CEREBRO POCO CIENTÍFICO EN UN UNIVERSO CIENTÍFICO (2)



por 
CLAUDIO GILARDONI
claudio.gilardoni@hotmail.com



Nuestro cerebro original no fue ideado para el razonamiento científico. El Universo es científico; pero no sus creaciones.


El Universo nos creó del mismo modo y para la misma finalidad que a los demás seres vivos (animales, plantas, hongos, etc.). De manera natural y mecánica, con la creación de vida mental pretendió una consecuencia exquisita de su infinita metamorfosis cuantitativa y cualitativa de materia.


El Universo no espera que una tortuga, un tomate o un champiñón razone siempre de manera científica. El Universo tampoco espera que su creación biológica máxima —el ser humano en su estado natural primitivo—, se comporte en todos los casos como una maquinaria matemática en su accionar mental.


Es por ello, tal vez, que nuestras actitudes mentales escapan de la lógica con demasiada frecuencia. Nuestro cerebro humano, cuando es racional al máximo, supera al de las demás entidades biológicas inferiores y superiores de forma drástica y anormal. ¿De ahí que nuestro cerebro sea contradictorio con el sentido común, con la lógica estricta, con harta frecuencia y hasta en detrimento de nuestros propios intereses?


El Universo —metafóricamente hablando— hasta puede que esté sorprendido de nuestras facetas mentales tan anormalmente racionales.


© CLAUDIO GILARDONI. De su libro Cerebro amigo, cerebro enemigo


lunes, 27 de agosto de 2012

UN CEREBRO POCO CIENTÍFICO EN UN UNIVERSO CIENTÍFICO


por CLAUDIO GILARDONI
claudio.gilardoni@hotmail.com




Resulta sospechosa la falta de rigor científico de nuestro cerebro, en ciertas de sus actitudes.


Funciona como si se hallara flotando a medias en una dimensión donde la lógica intelectual y emocional fallaran demasiado a menudo.


Esta actitud de nuestro cerebro es cualquier cosa menos científica.


Debería ser la del cerebro humano una actitud científica: es decir, previsible; es decir, cuantificable.


Al fin y al cabo, todo en el Universo parece seguir reglas numéricas tendientes a la sencillez y la eficiencia.


¿Por qué nuestro cerebro desafía las reglas, cometiendo hechos que atentan contra el sentido común?



© CLAUDIO GILARDONI. De su libro Cerebro amigo, cerebro enemigo


martes, 31 de julio de 2012

MIENTRAS LA CIENCIA NO SEPA LOS POR QUÉ DEL CEREBRO, FILOSOFÍA

por CLAUDIO GILARDONI
claudio.gilardoni@hotmail.com


Nuestro cerebro es tan complejo que ni siquiera nosotros mismos somos capaces de descifrarlo, pese a ser sus propietarios.

De esa complejidad aún no explicada por la ciencia, el problema de no entender por qué nuestro cerebro actúa demasiadas veces en contra de su propio dueño.

En espera de que la ciencia alcance su objetivo —cosa que podría suceder en pocas generaciones humanas— hemos de recurrir forzosamente a la filosofía que mejor calce a nuestras necesidades para dar explicaciones plausibles de lo que sucede con nuestro cerebro.

¿Por qué hacemos las cosas que hacemos, si no queremos?



© CLAUDIO GILARDONI. De su libro Cerebro amigo, cerebro enemigo

miércoles, 27 de junio de 2012

¿CEREBROS IRREVERSIBLEMENTE DEFECTUOSOS?

por CLAUDIO GILARDONI
claudio.gilardoni@hotmail.com


Si imaginamos a nuestro cerebro una subestructura física con funciones biológicas precisas integrante de una estructura física mayor, el cuerpo humano, ¿cómo acaba siendo
capaz de entrar en conflicto con los intereses del propio individuo tan a menudo?

¿Es que buena parte de la raza humana tiene cerebros deficientes por naturaleza —genética, etc.— a tal punto que hasta son capaces de inducir al suicidio?

Es una hipótesis razonable. Si la aceptamos, al menos provisoramente, entonces hemos de aceptar que quienes somos incapaces de estar saludables pese a saber intelectual y emocionalmente qué es lo que debemos y qué es lo que no debemos hacer, somos seres vivos condenados de antemano.

Sin embargo, la hipótesis usada no es la única «razonable».

Imaginemos otras.


© CLAUDIO GILARDONI. De su libro Cerebro amigo, cerebro enemigo

miércoles, 9 de mayo de 2012

LA MECÁNICA IRRACIONAL DE UN CEREBRO RACIONAL

por CLAUDIO GILARDONI
claudio.gilardoni@hotmail.com


Vemos que una persona joven fuma en la calle.

Le preguntamos si sabe que el cigarrillo causa cáncer. Nos responde que sí, que lo sabe perfectamente. Incluso nos muestra alguna de las horribles imágenes que deben ir estampadas en las cajetillas de cigarrillos (en los países más avanzados).

El fumador sabe que se está suicidando. Sabe leer perfectamente las advertencias de las cajetillas:

«Fumar mata»
«Fumar puede ser causa de una muerte lenta y dolorosa»
«Fumar provoca cáncer mortal de pulmón»
«Fumar perjudica gravemente su salud y la de los que están a su alrededor»
«Fumar durante el embarazo perjudica la salud de su hijo»
«Fumar puede dañar el esperma y reduce la fertilidad»
«Fumar puede reducir el flujo sanguíneo y provoca impotencia»
«Fumar acorta la vida»
«Proteja a los niños: no les haga respirar el humo de tabaco»

Así y todo, pese a las mil y una advertencias escritas y en imágenes, los cerebros de estas gentes fumadoras son incapaces de obedecer los preceptos mínimos de la lógica racional.

Ni siquiera obedecen el principio básico y natural de la autoconservación.

¿Tienen en el interior de sus cráneos un cerebro enemigo?



© CLAUDIO GILARDONI. De su libro Cerebro amigo, cerebro enemigo

martes, 24 de abril de 2012

¿DONDE ESTÁ EL CEREBRO CUANDO MÁS LO NECESITAMOS?

por CLAUDIO GILARDONI
claudio.gilardoni@hotmail.com


Continuamos con el ejemplo de la obesidad, enfermedad visible de miles de millones de seres humanos de nuestro presente.

¿Quién de entre los lectores no sabe —razonando mínimamente a partir de la impresionante masa de información disponible en los medios— que la obesidad nos enferma el cuerpo hasta provocarnos —si sigue su curso— la invalidez y la muerte prematura?

El cerebro de cada uno de los lectores sabe y muy bien que es malo para la salud comer de más. Hace un par de generaciones, la ignorancia general a nivel mundial en materia de salud nos impedía ver con objetividad. Un gordo era un personaje hasta simpático por el mero hecho de ser gordo. Ahora es distinto. Imposible echar las culpas a la ignorancia. Ahora sabemos que un gordo es un ser humano enfermo o en vías de enfermar.

Sin embargo, la lógica sana virtual que forma parte de nuestro sentido común básico acaba en la nada literal de los hechos. Seguimos comiendo, engordando, enfermando.

Nuestro cerebro es, entonces, el responsable número uno de muchas de nuestras enfermedades prevenibles. Si nuestro cerebro razona, entiende y analiza con objetividad los hechos, pero a la vez no parece tomarse en serio las advertencias de la lógica que él mismo se da a sí mismo, algo está mal en su interior.

¿Dónde está nuestro cerebro cuando más lo necesitamos?


Desearíamos un cerebro capaz de tomar decisiones racionales a nuestro favor siempre.



© CLAUDIO GILARDONI. De su libro Cerebro amigo, cerebro enemigo

miércoles, 21 de marzo de 2012

¿CEREBRO AMIGO O ENEMIGO?

por CLAUDIO GILARDONI
claudio.gilardoni@hotmail.com



¿Nuestro cerebro es amigo o enemigo?

¿Por qué tantas veces nuestro cerebro parece funcionar contra nosotros mismos?

¿Por qué, si se supone que nuestro cerebro es, más que nada, razonamiento, actúa ilógicamente en contra de nuestros intereses cuando más necesitamos de su lógica?

Pongamos el caso del sobrepeso, de la obesidad. ¿Quién no desearía dejar de ser obeso lo antes posible, sabiendo de las consecuencias de la obesidad?

Si todos -o casi todos los obesos- quisieran dejar de serlo lo antes posible, ¿por qué el cerebro los aleja de la salud?

¿O es que nuestro cerebro es una dualidad "amiga" y "enemiga"?

¿O es que tenemos como dos cerebros, un amigo y otro enemigo, en nuestra cabeza?




© CLAUDIO GILARDONI. De su libro Cerebro amigo, cerebro enemigo

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